El portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, señala que el planeta se encuentra a "nada del éxito" tras recuperar parte de esta capa de la atmósfera que protege, entre otras cosas, "de distintos tipos de cáncer".
En 1989, el Protocolo de Montreal parecía un simple acuerdo entre 28 países que estaban dispuestos a proteger la capa de ozono. Más de tres décadas después desde que se aprobara el listado de 96 sustancias químicas dañinas para esta capa de la atmósfera, el objetivo ha cristalizado. Y es que un grupo de expertos respaldados por la ONU concluye que la capa de ozono recuperará el nivel previo a la década de los 70 en unos 40 años.
El último informe del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal afirma que la eliminación progresiva del 99% de las sustancias prohibidas que agotan la capa de ozono ha logrado protegerla. Por tanto, se ha recuperado, de forma notable, la estratosfera superior al mismo tiempo que ha descendido la exposición de las personas a la radiación ultravioleta nociva del sol.
"Estas sustancias se destruyen y dejan de estar en la atmósfera", comenta el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo. Productos como los aerosoles o refrigerantes "estaban en nuestra vida cotidiana" hasta que se encontraron alternativas que, en sus palabras, nos ha acercado "a nada del éxito". "Recuperaremos niveles de los años 70", matiza.
Fue en la década posterior cuando se detectó un gran agujero en la capa de ozono que protege la Antártida, momento en el que "se dio la voz de alarma". "Se evidenció que en esa zona a finales de invierno faltaba mucho ozono, es un escudo protector para la vida humana", apunta. Este manto atmosférico evita que los rayos ultravioletas lleguen a la tierra, por lo que protege de "tipos de cánceres a los seres humanos".
"Proceso natural"
Asimismo, la disminución de la radiación ultravioleta propicia que los ecosistemas estén más protegidos, ya que desciende la velocidad a la que cambian sus condiciones meteorológicas. Comenta del Campo que esta recuperación es "un proceso natural" al igual que ocurre con "la destrucción". Y es ahora cuando se repite el equilibrio de antaño entre regeneración e impacto de sustancias contaminantes.
"Hay que pensar en generaciones futuras", matiza el portavoz de la AEMET. Tanto es así que explica que en unos 40 años el agujero de la zona polar se cerrará por completo, pero, en el corto plazo, dentro de dos décadas, los beneficios serán percibidos en las zonas pobladas. "Si hoy nace un bebé, cuando sea mayor de edad estará fuera de peligro porque la generación de sus abuelos se movilizó y sus padres siguieron haciéndolo", comenta esperanzado.
Cambio climático
En cuanto al cambio climático, algunas de las sustancias que han sustituido a las que afectaban al ozono ahora propician gases de efecto invernadero. "Todo va de la mano", apunta antes de señalar que ahora el reto está en reducir las temperaturas terrestres "unos poquitos grados" descendiendo las emisiones de C02. Pero, señala, que será un reto mayúsculo, puesto que la economía se basa "en energías fósiles".
Este último año ha estado marcado por la sequía. En el histórico es el sexto más cálido, en materia de incendios uno de los peores y su verano contó con más de 40 días en ola de calor. Una tesitura que sorprende al meteorólogo con 15 años de experiencia. "Hay veranos más cálidos, pero esto lo esperábamos a mediados de siglo, a lo mejor el cambio climático va más rápido de lo que pensábamos", deja en el aire.
Fuente: Cadena SER
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