viernes, 29 de marzo de 2019

Buenas prácticas locales por el clima

El Ayuntamiento de Bullas abre una convocatoria pública para reconocer las iniciativas de adaptación y/o mitigación llevadas a cabo en el término municipal por particulares, empresas o instituciones.

Esta iniciativa surge a raíz de la participación en el Proyecto Life SEC ADAPT, junto a los socios de Italia, Grecia y Croacia.  Entre los objetivos que se pretenden se encuentran adoptar y actualizar el modelo de comunidades energéticamente sostenibles como mejor práctica para el desarrollo de un proceso adecuado de adaptación al cambio climático.




“Con esta acción queremos potenciar el intercambio y difusión de experiencias positivas en diversos campos de la lucha contra el cambio climático” señalan desde el Consistorio.

Las buenas prácticas deberán estar relacionadas con temáticas tales como: movilidad, economía circular, eficiencia energética, urbanismo y edificación, sensibilización y concienciación ciudadana o adaptación al cambio climático.

La presentación de propuestas finaliza a las 24 horas del día 3 de abril y se hará a través de la siguiente dirección de correo electrónico ayuntamiento@bullas.es, indicando en el asunto del correo electrónico “Buenas prácticas locales por el Clima”.

Después, un comité calificador, integrado por miembros de la corporación municipal, técnicos municipales relacionados con el desarrollo e implementación del proyecto Life SEC ADAPT, así como expertos externos vinculados al mismo, evaluarán todas las buenas prácticas y reconocerán a las mejores el día 5 de abril que coincidirá con la presentación de las acciones locales desarrollas durante los años de actividad del Proyecto.

Para más información se pueden consultar las bases Aqui

jueves, 28 de marzo de 2019

El cambio climático ya afecta a 32 millones de españoles con años más cálidos, veranos prolongados y olas de calor

Los años más cálidos se concentran en el siglo XXI. Los veranos son cinco semanas más largos que en 1980, según la datos históricos recopilados por la Aemet

El 6% del territorio se ha convertido en tierra semiárida en 40 años: más de 30.000 km2 concentrados en Castilla-La Mancha, sureste peninsular y valle del Ebro

El Mediterráneo se calienta a un ritmo de 0,34ºC cada década lo que provoca episodios de mortandades masivas en los ecosistemas marítimos

Los años más cálidos se concentran en el siglo XXI. Los veranos son cinco semanas más largos que en 1980, según la datos históricos recopilados por la Aemet

El 6% del territorio se ha convertido en tierra semiárida en 40 años: más de 30.000 km2 concentrados en Castilla-La Mancha, sureste peninsular y valle del Ebro

El Mediterráneo se calienta a un ritmo de 0,34ºC cada década lo que provoca episodios de mortandades masivas en los ecosistemas marítimos


El calentamiento global de la Tierra se deja notar, y mucho, en España. Al menos 32 millones de personas padecen ya los efectos del cambio climático. La alteración climática provoca años más cálidos, veranos más largos y ha convertido en zonas semiáridas más de 30.000 km2 del territorio, según la recopilación de datos de la Agencia Estatal de Meteorología sobre los impactos de los últimos 40 años.

Los registros de la Aemet son bastante claros y confirman "una clara tendencia desde 1971 a temperaturas más altas tanto en valores promedio como en máximas y mínimas". Además, el ascenso de las temperatura es especialmente intenso durante la última década: los años más cálidos se han registrado en su mayoría en el siglo XXI. España acaba de cerrar el tercer invierno más cálido del siglo y el cuarto desde 1965. Nunca se había producido una estación invernal con tantas diferencias entre las temperaturas máximas (con 2ºC por encima de habitual) ylas mínimas. De diciembre a marzo, las precipitaciones no han llegado a la mitad de la media histórica.


Temperaturas máximas más elevadas. Mayor diferencia entre el calor de día y el frío por las noches y caída de las precipitaciones hacen avanzar al clima más desértico por España. De hecho, la superficie considerada por la Aemet como semiárida (escalon anterior al árido o desértico) ha crecido un 6% en los últimos 40 años. La mayoría de esos nuevos 30.000 km2 más secos se concentran en Castilla-La Mancha, sureste peninsular y valle del Ebro.

Respecto al ascenso del calor "los datos son consistentes con la percepción de que, en verano, cada vez hace más calor". El termómetro sube más a lo largo de todo el año, pero, en todas las estaciones, las mediciones lo muestran "más claridad en primavera y, sobre todo, en verano". La Aemet concluye que el verano es la estación más afectada por el cambio climático: "Según los datos, se ha vuelto más largo y más cálido". Se ha prolongado unos nueve días por década hasta abarcar prácticamente cinco semanas más que al principio de la década de los 80.

El calentamiento global hace que España sea más cálida. De los 58 observatorios de la Agencia, 37 registraron medias anuales en el rango más elevado de la serie histórica, al menos, en cinco ocasiones desde 2011. Es decir, en lo últimos años se concentran los cursos más calurosos. Esas estaciones que van ilustrando como España está más recalentada cada vez, se distribuyen de tal manera que abarcan buena parte del territorio en áreas que suman esos 32 millones de habitantes. 

La salud
Una de las las consecuencias directas de la alteración climática en España es la "concurrencia de olas de calor o frío". La Agencia explica que los episodios fríos disminuyen, pero los de calor se están concentrando y haciendo más largos. "Este hecho es particularmente relevante, ya que existe una elevada correlación entre temperaturas máximas y mortalidad". Las temperaturas extremas, efecto del cambio climático, precipitan la mortandad.

A esto se ha añadido la entrada de vectores que propagan enfermedades impropias de esta región del planeta o que se había conseguido erradicar. La expansión de especies de mosquitos de la familia aedes (el tigre, el aegypti o el japonicus) está asociada a patologías como el zika, el chikungunya o el dengue. El verano pasado, España se convirtió en el tercer país europeo con casos de dengue transmitido internamente (no traído por un viajero) por mosquitos tigre asentados en el territorio.

El cambio climático se deja notar especialmente en los océanos. Así, el mar Mediterráneo ha visto cómo ha subido la temperatura superficial del agua 0,34 ºC por década. El mar más caliente ya está provocando episodios de mortandades masivas que disparan un efecto cadena: se pierden hábitats, mueren ejemplares por millares, desaparecen especies cruciales, se arruinan sectores económicos, según ha dejado constatado en un informe la Oficina Española de Cambio Climático.

Además, un Mediterráneo más cálido repercute en que las zonas costeras al aumentar las noches tropicales, por encima de 20ºC que en la fachada oriental y en las Islas Baleares se ha ampliado a más de 60 noches con estas características. Además, la Aemet subraya cómo las ciudades se han convertido en "islas de calor" por el que soportan  "un plus térmico nocturno que eleva las temperaturas mínimas, de forma especialmente relevante durante las olas de calor". Así que la costa mediterránea y las grandes urbes se han convertido en "entornos especialmente vulnerables al cambio climático".

+Info: https://bit.ly/2CEBJtk

El cambio climático en España: veranos cinco semanas más largos que en los años ochenta

La Agencia Estatal de Meteorología recopila los principales impactos del calentamiento global.




El embalse de Entrepeñas, en Guadalajara, a finales de 2017, durante la última gran sequía que afectó a Castilla-La Mancha. Jaime Villanueva. En vídeo, declaraciones de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. EFE


No es solo una sensación, son datos. El cambio climático se ha instalado en España y sus efectos se notan ya, principalmente, en las temperaturas. Por ejemplo, el verano dura ahora de media en España casi cinco semanas más que a principios de los ochenta. Y, además, es más caluroso.
Es una de las conclusiones del informe presentado este martes por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Ministerio para la Transición Ecológica. Ambas instituciones han ofrecido un avance de los datos del proyecto Open Data Climático, que recoge algunas evidencias de los impactos del calentamiento global en España en los últimos 40 años. Según el ministerio, hay más de 32 millones de personas afectadas por las consecuencias del calentamiento. Beatriz Hervella, una de las portavoces de la Aemet, ha explicado que esos 32 millones se corresponden con quienes viven en zonas de España donde los veranos son más calurosos y largos, se da una acumulación de años muy cálidos en la última década y se padece el aumento de frecuencia de las llamadas noches tropicales, aquellas en las que la temperatura “mínima supera o iguala los 20 grados” durante un día completo.

“No podemos impulsar ninguna política que no sea compatible con las alertas” que lanzan desde el mundo científico, ha concluido la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tras la presentación. La ministra ha puesto el foco en las causas: en los gases de efecto invernadero que expulsa el ser humano. Y recordó que la Agencia Internacional de la Energía ha advertido de que las emisiones de CO2 –el principal gas de efecto invernadero– del sector energético e industrial marcaron un récord en 2018.


El informe de Aemet resalta también que “la superficie con clima semiárido ha aumentado” en 30.000 kilómetros cuadrados –un área similar a la de Galicia– en los últimos 50 años en España. Las zonas más afectadas por ese incremento son Castilla-La Mancha, el valle del Ebro y el sureste peninsular. Se trata de áreas de climas mediterráneos clásicos o continentales que se han transformado en semiáridos y han sufrido una reducción de las lluvias, ha detallado Rubén del Campo, portavoz también de Aemet.

Para realizar este análisis, centrado en las temperaturas, Aemet ha utilizado datos de 58 observatorios, 52 ubicados en capitales o sus proximidades y en Ceuta y Melilla. A estos se añaden otros seis incluidos por la especial relevancia histórica de sus series documentadas. Según el ministerio, se trata de “una muestra suficiente para garantizar la adecuada y veraz representación del territorio estudiado”. De 58 observatorios analizados, en 37 se registraron al menos cinco años desde 2011 “con temperaturas medias anuales situadas dentro del 20% de las más cálidas del periodo de referencia”. Esto supone, según el ministerio, que “al menos cinco de los últimos ocho años en estos observatorios han sido muy cálidos”. El informe resalta que el valor más extremo se encuentra en el observatorio denominado Barcelona-Aeropuerto, donde “desde 2011 todos los años han sido muy cálidos”.

Respecto a las estaciones, se incide en que “las temperaturas medias” de las cuatro “son cada vez más elevadas, aunque el ascenso se aprecia con más claridad en primavera y, sobre todo, en verano”. El verano es en España “cada vez más largo y más cálido”. En concreto, se ha detectado de media un alargamiento del estío de nueve días por década, lo que supone que “un verano ahora dura cinco semanas más que uno de principios de los ochenta”, ha dicho Rubén del Campo. Principalmente, ha añadido, lo que está ocurriendo es que esta estación comienza antes. Para definir verano Aemet se basa solo en temperaturas. “Que el verano dure cinco semanas más no implica necesariamente que comience en mayo”, apunta el informe, que pone un ejemplo para intentar explicarlo. Según los datos recopilados de la estación de Madrid-Retiro –y teniendo en cuenta los criterios de temperaturas– en los años 70 el periodo estival comenzaba el 15 de julio y terminaba el 16 de septiembre; ahora empieza el 11 de junio y finaliza el 22 de septiembre.

Temperatura del mar
El informe analiza la temperatura superficial del Mediterráneo. Y concluye que aumenta 0,34 grados centígrados por década desde principios de los ochenta. A su vez, este aporte de calor causa una expansión termal “que contribuye al incremento del nivel del mar”. Desde 1993 el nivel del mar en todo el mundo ha aumentado 3,4 milímetros al año.

El incremento de la temperatura en el Mediterráneo tiene un “efecto de arrastre”, ha explicado Hervella. “Un Mediterráneo cada vez más cálido repercute en sus regiones costeras aumentando el número de noches tropicales”. Y estas noches tropicales, ha apuntado Hervella, “afectan al confort, hacen más difícil conciliar el sueño” y esto “tiene efectos sobre la salud”. Un ejemplo claro, detalla esta experta, es Alicante. Pero esas noches tropicales se dan también en ciudades del interior como Madrid. En ese caso, Hervella lo achaca al “efecto isla de calor”. Es decir, a que en las ciudades la temperatura es mayor que en los alrededores debido a que las edificaciones impiden que se libere el calor acumulado.



+Info: https://bit.ly/2YnB3BU

La ONU alerta sobre el cambio climático: el 95% de la población mundial vive bajo una nube tóxica.

Un nuevo informe de la ONU presentado este miércoles en Nairobi (Kenia), donde se celebra estos días la IV Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, urge a tomar medidas para frenar y reparar los graves daños causados al medio ambiente por el cambio climático, para que las vidas humanas no se vean amenazadas. De momento, se sabe que el 95% de la población mundial respira aire contaminado (lo cual tiene efectos directos sobre la salud). Y ese no es el único problema.



Este informe (la sexta edición de 'Perspectivas del Medio Ambiente Mundial' o GEO-6, por sus siglas en inglés) ha sido elaborado durante los últimos cinco años por un equipo de 250 científicos y expertos de más de 70 países. Se trata de una de las investigaciones más exhaustivas y rigurosas sobre el estado ambiental global.
En concreto, el informe sentencia que, o aumentan drásticamente las protecciones ambientales o podrían producirse millones de muertes prematuras a mediados de siglo en ciudades y regiones de Asia, Medio Oriente y África.
En este sentido, advierte de que la resistencia antimicrobiana se convertirá en una de las principales causas de muerte para 2050 debido a la contaminación del agua dulce, y que los interruptores endocrinos afectarán la fertilidad masculina y femenina, así como el desarrollo neurológico infantil.
No obstante, señala que el mundo tiene a su disposición a la ciencia, la tecnología y las finanzas para transitar hacia el desarrollo sostenible, aunque considera que todavía falta mayor apoyo por parte de los líderes públicos, empresariales y políticos, que se aferran a modelos obsoletos de producción y desarrollo.


Menos consumo de carne
El informe alerta de que en la actualidad, el mundo no está en camino de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 o 2050. "Se requieren medidas urgentes, ya que cualquier retraso en la acción climática aumentará el coste de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París o revertirá el progreso logrado hasta ahora", añaden los científicos en el documento.
Para ello, se aconseja adoptar dietas menos intensivas en carne y reducir el desperdicio de comida, pues de no tomar acciones, será necesario aumentar la producción de alimentos en un 50% para satisfacer la demanda de entre 9.000 y 10.000 millones de habitantes del planeta en 2050. Según la publicación, el 33% de los alimentos en todo el mundo se desperdicia y el 56% de esos residuos se genera en los países industrializados.
Asimismo, el informe también hace un llamamiento a la acción para frenar el flujo de 8 millones de toneladas de residuos plásticos que llegan a los océanos cada año. Si bien este problema ha recibido mayor atención en los últimos años, lamenta que todavía no existe un acuerdo global para abordarlo.

"La información científica es clara. La salud y la prosperidad humanas están directamente relacionadas con el estado del medio ambiente", apunta Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente. "Este informe construye una perspectiva de la humanidad: nos encontramos en una encrucijada. ¿Continuamos por nuestra ruta actual, que nos llevará a un futuro sombrío, o escogemos el camino del desarrollo sostenible? Esa es la elección que deben hacer nuestros líderes políticos, concluye.

+Info: https://bit.ly/2WA00sr

La protesta mundial contra el cambio climático prende en miles de murcianos

Con 30 grados al sol de justicia en la explanada de La Merced, la evidencia del cambio climático cobró ayer cuerpo en Murcia, al tiempo que la protesta contra el calentamiento global, de la que España había estado prácticamente ausente hasta ahora, prendía entre miles de murcianos, que se sumaban al movimiento internacional 'Fridays for Future'. Inspirado en la joven activista sueca Greta Thunberg, la revuelta verde sacó a la calle a miles de jóvenes en más de 50 ciudades españolas, ente ellas, Murcia, donde varios centenares de estudiantes recorrieron el centro de la ciudad en manifestación y desplegaron una completa jornada reivindicativa que culminó con una recogida de basuras.



El llamado '15-M climático', activado en la Región hace apenas un par de semanas, logró contagiar la reivindicación a miles de alumnos de enseñanzas medias y Universidad, que al grito de 'ni un grado más, ni una especie menos', se fueron concentrando en la plaza de La Merced, hasta donde se acercaron también representantes de Podemos, como los diputados Óscar Urralburu y María Giménez; del PSOE, como José Antonio Serrano; o los concejales populares del Ayuntamiento de Murcia, Rebeca Pérez y Antonio Navarro.

+ Info: https://bit.ly/2JKAK0X


La Antártida, a punto de perder un bloque del tamaño del doble de Nueva York

El desprendimiento del gigantesco iceberg puede afectar al resto del continente. Las crecientes grietas han generado preocupación por la seguridad de los que trabajan en la plataforma.

Las crecientes grietas han generado preocupación por la seguridad de los que trabajan en la plataforma.


El Efecto del cambio climático en nuestro planeta.



La Antártida perderá muy pronto un bloque de hielo cuya superficie total es de más de 1.000 kilómetros cuadrados, según la NASA, lo que generará un iceberg con un tamaño que será el doble de grande que toda la ciudad de Nueva York. 
La agencia espacial estadounidense aseguró este lunes en un comunicado que el bloque de hielo se desprenderá por una grieta que apareció en octubre de 2016 y que no ha dejado de hacerse más larga y profunda. 
Aunque los científicos no especificaron el momento en que ocurrirá, sí alertaron de que esta ruptura podría afectar al resto de la plataforma continental y, por tanto, a toda la infraestructura científica allí dispuesta. 
En su anuncio la NASA comparó una fotografía de esa zona, realizada desde el satélite Landsat, fechada en enero de 1986, con otra de enero de 2019 donde se aprecia una grieta que cruza de oeste a este toda la parte que previsiblemente se desprenderá, y cuya forma es la de un cabo costero.

Cuando esta fisura se encuentre con otra que cruza el cabo de sur a norte, el territorio quedará convertido en un enorme iceberg cuya dirección es imprevisible, así como el efecto que causará en el resto de la superficie de esa zona de la Antártida.
 La segunda brecha ya existía y se mantuvo estable durante 35 años, indicó la NASA, pero su crecimiento se aceleró repentinamente y ha ido prolongándose hacia el norte a una velocidad superior a 4 kilómetros al año. Preocupación Aunque el iceberg que nacerá parece gigantesco, en realidad no lo es para los estándares antárticos, dijo la NASA, aunque afirmó que "aún será significativo". 
"Puede que sea el iceberg más grande que se haya roto en la plataforma de hielo Brunt desde que comenzaron las observaciones en 1915", apuntó agencia espacial en su sitio web. 
"Los científicos estudian ahora si la pérdida provocará que la superficie cambie aún más y posiblemente se vuelva inestable o se rompa", alertó. Las crecientes grietas que fracturan la superficie de la Antártida han generado preocupaciones por la seguridad de las personas que trabajan en la plataforma, en particular los investigadores de la Estación Halley de British Antarctic Survey. Esta base, que es una de las principales para la investigación de la Tierra, la atmósfera y la ciencia espacial, generalmente funciona durante todo el año, pero se ha cerrado dos veces en los últimos años por cambios impredecibles en el hielo.
+Info: https://bit.ly/2FxRZ05

El Mediterráneo sufrirá fuertes huracanes a finales de este siglo

Un estudio de varias universidades alerta de más efectos del cambio climático.

Una investigación desarrollada por científicos de la Universidad de Castilla-La Mancha en colaboración con la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y con el Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos (NOAA) de Estados Unidos prevé fuertes y duraderos huracanes en el Mediterráneo a finales de este siglo.



Según este estudio, financiado por el Ministerio de Ciencia, la Unión Europea y la National Science Foundation de Estados Unidos, estos «medicanes» se registrarán fundamentalmente en otoño y supondrán «un serio riesgo para las zonas altamente habitadas de las costas». Así lo afirma Juan Jesús González Alemán, físico de la Tierra que ha participado en este proyecto.

«Estos huracanes mediterráneos o medicanes serán potencialmente más peligrosos, más duraderos, con vientos más intensos y más lluvias. Por tanto, de continuar con el calentamiento global de origen antropogénico, aumentarán los riesgos asociados a los medicanes, con posibles consecuencias naturales y socioeconómicas», concluye este investigador.

Pérdidas humanas
El profesor González Alemán subraya que estos ciclones tropicales sobre el Mediterráneo «suelen dejar un alto impacto en la sociedad en forma de pérdidas humanas y, sobre todo, daños materiales». Así, en noviembre de 2017, el medicane Numa «dejó pérdidas económicas en torno a los 100 millones de dólares y, por eso, entender cómo el calentamiento global puede afectar es importante». En la actualidad, los medicanes surgen a partir de las típicas borrascas que, cuando llegan o se forman en el Mediterráneo, «empiezan a adquirir ciertas características tropicales y a parecerse a los ciclones tropicales e incluso algunos de ellos, en su etapa de madurez, a huracanes, normalmente con vientos de categoría de tormenta tropical y rara vez de categoría uno de huracán», situación que se agravará a finales de este siglo.

Para la realización de esta investigación se ha utilizado un novedoso «modelo global acoplado» de 25 kilómetros de resolución sobre el mar.

+Info: https://bit.ly/2U1zbR4

Cambio climático o calentamiento global?

El catedrático de Análisis Geográfico Regional José M.ª Gómez indica que "no notaremos los cambios".


José María Gómez Espín es catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Murcia (UMU). Deja claro que lo que se está viviendo estos últimos años no es un cambio climático, sino un calentamiento global que afecta al medio ambiente. «Se están confundiendo los cambios a escala geológica con los que se producen a escala humana; en estos momentos estamos viviendo en un periodo interglaciar que dura miles de años y, desde luego, no se está produciendo un cambio climático», apunta, si bien añade que los científicos ya han llegado a una conclusión, por todos aceptada, de que se está produciendo un incremento de las temperaturas de entre medio y un grado centígrado.

«No creo que debamos caer en el alarmismo, porque no lo vamos a notar, y menos en los plazos en los que se ha estado comentando», comenta en relación, por ejemplo, a la hipotética inundación de La Manga: «Es una locura; es posible que suba unos centímetros el nivel del mar, pero no lo hará en todo el planeta por igual; e incluso puede que se incremente en unas zonas y baje en otras».

Sin embargo, eso no es óbice, apunta, para que no tengamos que combatir el calentamiento global. «Los protocolos de Kioto primero y ahora París están ahí para cumplirlos», concluye Gómez Espín.

+ Info: https://bit.ly/2FCuSBB

El color del océano cambiará a finales de siglo por el cambio climático

El calentamiento global causa importantes alteraciones en las poblaciones de fitoplancton.

En 2100 más del 50 % de los océanos habrá cambiado de color debido al cambio climático: se intensificarán las regiones azules y verdes, según una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

El estudio publicado hoy en Nature Communication concluye que el calentamiento global está provocando importantes alteraciones en las poblaciones de fitoplancton, un vegetal acuático, algo que afectará al color de los océanos.

Los resultados prevén que las zonas azules se vuelvan más azules, reflejando el descenso de los niveles de fitoplancton -y de vida en general-, y las verdes aún más verdes, lo que indicaría una proliferación de especies de fitoplancton.

El color del océano depende de cómo los rayos de sol interactúan con los componentes del agua. Las moléculas de agua absorben casi toda la luz solar, excepto la parte azul del espectro, lo que se traduce en que las zonas del océano con menos vida se perciben de un azul intenso.

En cambio, el fitoplancton contiene clorofila, que absorbe más azul y menos verde, por lo que las regiones ricas en algas son de un color verdoso.

Los investigadores desarrollaron un modelo global que simula el crecimiento e interacción de distintas especies de fitoplancton, y cómo éstos variarán a medida que las temperaturas aumenten.

También lograron reproducir la manera en la que el fitoplancton absorbe y refleja la luz y cómo afecta al color de los océanos, teniendo en cuenta la variable del cambio climático.

El grupo de investigadores logró mejorar un modelo informático que se ha utilizado para predecir los cambios en los niveles de fitoplancton cuando suben las temperaturas y se acidifica el agua.

Además, han añadido un elemento novedoso: la posibilidad de estimar las ondas de luz que absorbe y refleja el océano, dependiendo de la cantidad y tipos de organismos en una región determinada.

Según este modelo, a finales de siglo el aspecto del planeta se verá alterado. Stephanie Dutkiewicz, la directora de investigación del proyecto, prevé que los cambios entre comunidades de fitoplancton podrían alterar las redes alimentarias que sustentan, lo que considera un problema"potencialmente serio".

Sin embargo, Dutkiewicz admite la dificultad que supone determinar si estos cambios se deben al cambio climático o a la variabilidad natural de la clorofila. "Un evento como El Niño o La Niña provocaría un cambio en la clorofila porque varía la cantidad de nutrientes que llegan al sistema", explica.
+Info: https://bit.ly/2JM356T