martes, 10 de enero de 2023

Los mares españoles no logran enfriarse: estas serán las consecuencias

Pese a estar ya en enero, Mediterráneo, Cantábrico y Atlántico están por encima de la temperatura normal

De forma paralela al calentamiento del aire avanza también el del mar, y sus consecuencias pueden ser catastróficas si estas condiciones se prolongan en el tiempo. De momento, los mares que rodean a la Península Ibérica (Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo) sufren temperaturas inusualmente cálidas, por encima de las normales en esta época. Sus aguas no logran refrigerarse, pese a encontrarnos ya en pleno mes de enero. Este hecho favorece la formación de tormentas extremas y ciclones, pone en peligro a las especies marinas y favorece la subida del nivel del mar, entre otras cosas.

Los datos son elocuentes: las aguas que bañan nuestro país muestran valores entre 5ºC y 6ºC por encima de lo normal en estas fechas. Esta situación es continuación directa de lo que se experimentó este verano, cuando las intensas y extensas olas de calor durante los meses de junio, julio y agosto propiciaron altas temperaturas en el mar Mediterráneo, en el que los registros oscilaron entre los 26ºC y 27ºC.

Entonces, según informa el portal Meteored, el mar Cantábrico y el océano Atlántico en los alrededores de Canarias superaron valores históricos en diversas estaciones. Pues bien, ahora en pleno invierno y con el descenso térmico que le concierne, tampoco se ha conseguido que las temperaturas de nuestras superficies marinas regresen a sus valores normales.

Las tonalidades del mapa muestran las anomalías cálidas en el mar

El mar, reflejo de la atmósfera

El problema de las altas temperaturas en nuestras aguas reside en las atípicas temperaturas atmosféricas que estamos sufriendo desde el comienzo del invierno astronómico.

Las temperaturas, pese al pequeño descenso que pudieron experimentar en Nochebuena, se han mantenido en valores altos para la época del año, especialmente las mínimas. Situación que no espera grandes cambios para lo que resta de enero. Según las predicciones, el primer mes del 2023 será de nuevo, un mes más caluroso de lo habitual en todo el país.

Tal y como explica Yurima Celdrán en la citada web, “nuestros océanos y mares, aparte de ejercer un gran papel como reguladores del clima, absorben, de manera muy eficiente, la radiación solar incidente”.

“Entonces, la radición solar y el aumento de la temperatura del aire son, por tanto, los principales responsables de calentar los primeros centímetros de la capa superficial”.

Diferentes flujos como el intercambio de calor atmósfera-océano mediante la evaporación, precipitación, calentamiendo atmosférico y la propia circulación oceánica son algunos de los muchos factores que determinan la temperatura de las masas de aguas.

Con datos reales a partir de boyas de Puertos del Estado, se observa la variación en las temperaturas de las medias mensuales de la superficie del mar en Cádiz, Valencia, Gran Canaria y Galicia a lo largo de los últimos años.

En la zona del Golfo de Cádiz se ha pasado de medir una temperatura de 17,63 grados en diciembre de 2011 a otra de 18,82 grados en el mismo mes de 2022. En Valencia la variación ha sido menor (una décima de grado), pero en Estaca de Bares (Galicia) se ha pasado de 14,2 a 15,1 grados en el mismo mes, entre un año y otro. En Gran Canaria, entre 2017 y 2022 se ha pasado de 20,61 a 21,89ºC en el mes de diciembre.

Un incremento de la temperatura de nuestras aguas provoca varios fenómenos encadenados que son bastante perjudiciales tanto para nosotros, los humanos, como para todos los seres vivos que lo habitan.

Las consecuencias

El hecho de que el mar esté más caliente ayuda a que suba de nivel. Y es que si el agua se calienta, se expande (aumenta de volumen) y, por tanto, se eleva su nivel. Aparte de ello, hay que recordar que un aumento de las temperaturas favorece el deshielo de grandes masas heladas propiciando un incremento en el nivel del mar. La suma de estos dos factores ha provocado un ascenso de 23 centímetros desde 1880. Todo ello, provoca inundaciones de hábitats costeros y erosiona el litoral contribuyendo a la pérdida de grandes ecosistemas marinos.

Si la temperatura del mar se eleva, el mar obtiene una mayor cantidad de energía y con ello se consigue una mayor evaporación. Todo ello aporta cantidades ingentes de humedad a la atmósfera que facilita y favorece la proliferación e intensificación de tormentas, ciclones e incluso huracanes.

En el ámbito de la biodiversidad, las consecuencias de temperaturas más altas para los organismos que viven en el mar son también enormes y ponen en dificultad la supervivencia de muchas especies que no están habituadas a esta situación.

Artículo de referencia: https://www.tiempo.com/noticias/actualidad/atlantico-mediterraneo-nuestro-pais-con-temperaturas-desorbitadas.html

Fuente: La Opinión de Murcia

No hay comentarios:

Publicar un comentario