lunes, 21 de noviembre de 2022

El Acuerdo, al borde del abismo

Un maratón a altas horas de la madruga permite alcanzar un acuerdo final de la COP27. Como viene siendo habitual, algunas de las cuestiones claves se postergan para la siguiente cumbre del clima.

De nuevo, tras un retraso y una ronda de negociación que comenzó el viernes y finalizó la madrugada del domingo más allá de las tres de la mañana, el Sharm-El-Sheikh Implementation Plan, con la inclusión de un fondo financiero para las pérdidas y daños, salva un acuerdo que no concreta las medidas claves de implementación.

La cuestión de las pérdidas y daños responde a una reclamación histórica del Sur Global. En este sentido, es importante reconocer la relevancia de su inclusión en el documento, que “establece nuevos acuerdos de financiamiento para ayudar a los países en desarrollo a disponer de recursos adicionales”. Esta medida contempla la creación de un comité de transición que tendrá que definir antes de la COP28 el proceso para la financiación, los donantes, los beneficiarios y los criterios para la selección de proyectos que podrán acogerse al mismo. Existe cierta ambigüedad sobre los beneficiarios del fondo, precisamente unos de los puntos de desacuerdo. Tampoco se incluyen por el momento ni responsabilidades ni compensaciones. En este sentido, Estados Unidos ha afirmado que “pérdidas y daños no es lo mismo que reparación climática”.

Otro de los aspectos claves de la discusión se ha centrado en la mitigación. A lo largo del desarrollo de la COP27 se han ido repitiendo los mensajes que apuntaban a que el límite del 1,5 °C se iba a relajar, retrocediendo a los 2 grados; es decir, se rebajaría la ambición en el marco de la acción climática. En la ronda final del viernes, la Unión Europea llegó a proponer la posibilidad de no alcanzar ningún acuerdo y abandonar la cumbre antes de aceptar una rebaja en la ambición. Pero finalmente el texto continúa con las recomendaciones del Glasgow Climate Pact.

No obstante, con las revisiones realizadas por los países de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) como se determinó en la COP26, seguimos estando lejos del objetivo de ambición. Todavía son bastantes los países que tiene que completar sus NDC, lo que nos lleva a un escenario de 2,4 °C (datos facilitados por Naciones Unidas previos al comienzo de la cumbre). El documento reconoce la necesidad de invertir de 4 a 6 trillones de dólares al año para una transformación hacía una economía baja en carbono.

La referencia a los combustibles  fósiles también ha generado controversia. En los días previos, el secretario general de Naciones Unidas llegó a afirmar públicamente que los combustibles fósiles matan y que había que dejar de usarlos. El acuerdo, en la línea de su predecesor en Glasgow, no avanza en los compromisos y vuelve a utilizar la fórmula ambigua del “abandono progresivo del uso del carbón y la supresión de las ayudas públicas ineficientes a los combustibles fósiles”. Además, sel texto sitúa a “las energías con bajas emisiones” al mismo nivel que las energías renovables, lo que puede suponer de hecho un retraso a su desarrollo. Por otro lado, se reconoce la necesidad de avanzar en su despliegue antes de 2030 e indica la necesidad de invertir 4 trillones de dólares al año para ello (con el objetivo de las emisiones netas cero a 2050). 

La financiación para la adaptación ha tenido también una importante relevancia en esta cumbre, incluida desde el comienzo en la agenda oficial. Aunque el documento final no incluye grandes avances, se abre la posibilidad de añadir fondos privados para generar vías adicionales de financiación. Se reconoce que los flujos actuales son insuficientes para atender a las necesidades de los países en desarrollo. Cabe destacar también que ha continuado el progreso de movilización de contribuciones para el Fondo Verde para el Clima, aunque todavía no se ha llegado a la movilización prometida de 100.000 millones de dólares.

Por otro lado, cabe mencionar que se ha logrado estabilizar el programa de trabajo sobre el objetivo global de adaptación. Este mecanismo fija el camino a los países para aumentar su financiación climática, la transferencia de tecnología y el empoderamiento para la adaptación. Esta hoja de ruta tiene que presentar sus avances en la COP28.

Por último, durante estas dos semanas, se han generado avances en las “cuestiones técnicas de implementación”, es decir, en los aspectos técnicos y de procedimiento que permiten la implementación del Acuerdo de París.

Más allá del acuerdo final, en este punto es necesario poner en valor los diferentes anuncios que se han realizado en el transcurso de la COP27 y que hacen referencia a los acuerdos políticos paralelos que acompañan el proceso de negociación oficial. A continuación, subrayamos más de 30 iniciativas, compromisos, acuerdos y herramientas que ponen en valor las actividades de la cumbre:

  • Se ha desarrollado la Breakthrough Agenda con acciones que se dirigen a sectores que representan más del 50% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Se anunció un paquete de 25 nuevas acciones prioritarias y específicas que buscan descarbonizar la energía, el transporte y el acero, aumentar la producción de hidrógeno de bajas emisiones y acelerar el cambio hacia una agricultura sostenible para la COP28.
  • Se ha lanzado el nuevo Programa de Transición Industrial de los Fondos de Inversión en el Clima (FIC), el primer programa de financiación a gran escala para la transición industrial de los países en desarrollo, con una inversión de 410 millones de dólares en hidrógeno verde en Egipto dirigida por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y un proyecto del Banco Mundial para desarrollar un programa global de hidrógeno verde de 1.600 millones de dólares.
  • Se ha publicado el nuevo Net Zero Playbook, ofreciendo a las empresas un conjunto de soluciones prácticas para abordar sus retos más complejos en materia de emisiones. Describe qué es posible y cómo empezar, y proporciona estudios de casos que demuestran cómo los líderes de la industria ya están tomando medidas en las principales palancas de descarbonización.
  • Se ha dado continuidad al Programa Energize, que trabaja para descarbonizar la cadena de valor de la industria farmacéutica ayudándoles a acelerar sus adquisiciones de energía renovable. La iniciativa ha crecido hasta incluir 15 empresas, y otras 364 compañías proveedoras se han registrado. Este crecimiento supone 22,1 TWh de demanda de electricidad. Este progreso está en línea con el enfoque de la aplicación en la COP27.
  • Se ha promovido la Hoja de Ruta de Reducción de Metano de Sharm-El-Sheikh con los avances más significativos llevados a cabo desde Glasgow, cumbre en la que se lanzó el Global Methane Pledge. En este momento, más de 50 países firmantes tienen planes de reducción del metano.
  • Se ha renovado la Alianza para la Acción Transformadora sobre el Clima y la Salud (ATACH), que trabaja para hacer realidad la ambición establecida el año pasado. El objetivo que propone es el de construir sistemas de salud sostenibles y resilientes al clima, y promover la integración del cambio climático y el nexo de la salud en las políticas nacionales, regionales y globales.
  • Se ha presentado el Programa Alimentos y Agricultura para una Transformación Sostenible (FAST), con el fin de mejorar la cantidad y la calidad de las contribuciones a la financiación del clima para transformar los sistemas agrícolas y alimentarios de aquí a 2030, apoyando la adaptación y manteniendo una trayectoria de los 1,5 °C, al tiempo que se apoya la seguridad alimentaria y económica.
  • Se ha lanzado Climate Responses for Sustaining Peace (CRSP), con el objetivo de garantizar que las respuestas climáticas integradas contribuyan a la paz y el desarrollo sostenible, contribuyendo a la materialización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Agenda 2063: el África que queremos, así como a la implementación de la iniciativa Silenciar las Armas de África y la Estrategia y Plan de Acción sobre el Cambio Climático y el Desarrollo Resiliente de África (2022-2032).
  • Se ha presentado la Decent Life for a Climate Resilient Africa, que busca mejorar la calidad de vida en el 30% de las aldeas y áreas rurales más vulnerables y pobres del continente africano para 2030, teniendo en cuenta las cuestiones climáticas de manera preferente. Se apoyará la implementación de proyectos de resiliencia.
  • Se ha aprobado la Initiative on Climate Action and Nutrition (I-CAN) para abordar con urgencia la transformación de los sistemas agroalimentarios, la integración de las respuestas climáticas a la paz y la seguridad, la mejora de la calidad de vida de los más vulnerables en África para 2030, y el suministro de dietas saludables respectivamente.
  • La Misión de Innovación Agrícola para el Clima (AIM for Climate) ha anunciado un aumento de la inversión de más de 8.000 millones de dólares, frente a los 4.000 millones de la COP26, con el apoyo de más de 275 socios gubernamentales y no gubernamentales.
  • Se ha puesto en marcha Roof Over Our Heads Launch: Race to Resilience Campaign, con acciones prácticas para que los actores no estatales aceleren la acción para hacer frente a las pérdidas y los daños y movilizar la financiación. Su objetivo es proporcionar a 2.000 millones de personas viviendas resistentes, bajas en carbono y asequibles para 2050, empezando por los laboratorios de proyectos comunitarios de la India.
  • El lanzamiento de la Acción para la Adaptación y la Resiliencia del Agua (AWARe) ha situado al agua en el centro de las acciones de adaptación y resiliencia, ofreciendo soluciones de adaptación transitoria para el planeta y las personas, empezando por las comunidades y los ecosistemas más vulnerables del mundo en África.
  • La Iniciativa AWCAP (African Women's Climate Adaptative Priorities) se ha presentado para reforzar la participación de las mujeres en la gobernanza climática y desarrollar oportunidades vinculadas al rol de la mujer en la gestión de la resiliencia en África.
  • La Iniciativa para una Transición Energética Justa y Asequible en África (AJAETI) se ha desarrollado con tres objetivos principales: ofrecer apoyo técnico y político para facilitar energía asequible al menos a 300 millones de personas en África, proporcionar acceso a combustibles y tecnologías limpias para cocinar, y aumentar la cuota de generación de electricidad renovable en un 25%.
  • Se ha dado a conocer la Alianza Mundial de las Energías Renovables, integrada por industrias de la energía eólica, solar, hidroeléctrica, del hidrógeno verde, del almacenamiento de energía de larga duración y de la energía geotérmica. Reúne por primera vez a todas las tecnologías necesarias para la transición energética con el fin de garantizar una transición energética acelerada.
  • Se ha presentado la iniciativa Enhancing Nature-based Solutions for Climate Transformation (ENACT), que propone impulsar la acción colectiva en relación con el clima, la biodiversidad y la desertificación para ayudar a cerrar la brecha financiera de las soluciones basadas en la naturaleza.
  • La Blue Planet Alliance se ha consolidado con nuevos miembros en la alianza, buscando lograr que las islas y los países de todo el mundo exijan por ley un compromiso con el 100 % de energía renovable para 2045.
  • Se ha lanzado la Iniciativa Transporte Bajo en Carbono para la Sostenibilidad Urbana (LOTUS), cuyo objetivo se centra en descarbonizar los sitemas mundiales de movilidad urbana. Tras un proceso de consulta estableció intervenciones para nuevos avances en materia de transporte en 2023.
  • Se impulsado la Iniciativa de la Presidencia Sustainable Urban Resilience for the Next Generation (SURGe), que tiene como objetivo basarse en los compromisos de las ciudades y proporcionar un marco holístico para lograr sistemas urbanos sostenibles y resilientes. También pretende desbloquear la financiación climática urbana y trabajar con los gobiernos nacionales, los bancos multilaterales de desarrollo y el sector privado para facilitar el acceso a la financiación y desarrollar una cartera de proyectos financiables.
  • Se ha promovido la Coalición Accelerate to Zero (A2Z) para apoyar la transición hacia vehículos de emisiones cero a nivel mundial. Se trata de la mayor coalición de transporte del mundo, con más de 200 organizaciones que incluyen gobiernos, industria y sociedad civil. Trabaja para que todas las ventas de coches y furgonetas nuevas sean de cero emisiones a más tardar en 2035 en los principales mercados y en 2040 en todo el mundo.
  • Se ha desarrollado la Declaration of Sharm-El-Sheikh on Hospitality Industry by Hostelería #PorElClima, con el objetivo de que la hostelería se alinee con el objetivo 1,5 °C y se comprometa en alcanzar las emisiones netas cero antes de 2050.
  • Se ha fomentado la Iniciativa Mundial de Residuos 50 para 2050 con el fin de hacer frente a la crisis de la gestión de residuos en África y fomentar más inversiones en el desarrollo de sistemas ecológicos de gestión. Se pretende tratar y reciclar al menos el 50% de los residuos sólidos en África para 2050.
  • Fuente: AmbiciónCOP

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