lunes, 9 de octubre de 2023

Un centenar de manantiales secos en el Segura por la explotación de pozos

 Un informe de la CHS constata que las extracciones intensivas de agua para agricultura o ganadería han cegado nacimientos o han rebajado su volumen en territorios con importantes acuíferos como el Noroeste, Mula o Lorca: «Intensifican el impacto de las sequías»

"Manantial de la Tosquilla, en Caravaca de la Cruz, un nacimiento afectado por las extracciones de agua."

La presión sobre los acuíferos ha terminado por secar muchos de los manantiales que embellecen el paisaje hídrico de la Región de Murcia. Las extracciones de agua de los pozos cercanos a estos nacimientos naturales de agua han rebajado durante las últimas décadas el volumen de caudal que emana de la tierra hasta dejarlos prácticamente secos.

Un centenar de los históricos manantiales de la cuenca del Segura se encuentran a día de hoy en esta situación, y la razón se debe al bombeo de agua en puntos cercanos para su uso, sobre todo, en la actividad agrícola o ganadera. Otros muchos se encuentran mermados por este motivo y logran mantener un cierto equilibrio precario con bajos caudales, como ocurre en algunos afloramientos asociados al acuífero de Sierra Espuña.

El último informe de la Confederación Hidrográfica del Segura sobre el estado de los caudales en manantiales y niveles de humedales en la cuenca, que abarca desde el año 2020 hasta el actual, pone el foco en la sobreexplotación de los acuíferos y constata cómo algunos de los más importantes nacimientos de agua se han perdido por la extracción excesiva de agua del subsuelo.

«Las limitaciones impuestas por la disponibilidad de recursos superficiales y las aportaciones del trasvase Tajo-Segura, han sido suplidas en muchos casos por un aprovechamiento intensivo de las aguas subterráneas, que ha regulado en amplias zonas las descargas naturales de los acuíferos», detalla el documento.

Mayor aridez

En los últimos años, el creciente interés por acabar con la presión sobre las masas de agua subterránea ha dejado al descubierto casos donde el expolio de este recurso ha chocado con los intereses de colectivos vecinales y ecologistas, como en la comarca del Noroeste o en las pedanías altas de Lorca. La Confederación reconoce que el agotamiento de muchos manantiales o la reducción de sus caudales «impactaron, en varios casos de un modo severo, sobre algunos de los ambientes húmedos más característicos, sobre los flujos hídricos en ríos y en las ramblas, contribuyendo a incrementar la aridez del medio y a intensificar el impacto de las sequías».

Un ejemplo que recuerda el informe es el del paraje del Corral del Comba, donde el uso de un pozo secó el nacimiento del río Mula. Sentencia del Tribunal Supremo mediante, la extracción cesó y ahora «se observa en el periodo de control un progresivo aumento del caudal de descarga del manantial como consecuencia de las cuantiosas precipitaciones de las primaveras de 2021 y 2022 y el cese de las extracciones». El acuífero de Bullas, con manantiales secos como las Fuentes del Río Mula o La Rafa, acabaron en esta situación «cuando se iniciaron las extracciones de los pozos en el término municipal».

"Un técnico mide el caudal del manantial Arroyo del Molina."

Buen estado cuantitativo

Los controles de la red de manantiales y de humedales en la cuenca determinan que, en general, existe un buen estado cuantitativo, si no se tienen en cuenta los afloramientos naturales de agua en el sureste de Albacete, muy condicionados por el registro de lluvias y los bombeos. Sin embargo, la red de control de aforos de la CHS se centra en los acuíferos de mayor interés hidrogeológicos de la cuenca, «asociado generalmente a masas de agua subterráneas en buen estado cuantitativo y químico poco o nada influenciados por las extracciones», salvo en Albacete o en el Noroeste de la Región.

Estos controles se han extendido. A día de hoy se controlan 68 masas de agua subterráneas en la cuenca, con 96 puntos de aforo para medir y estudiar el caudal. En estos acuíferos, según datos del organismo de cuenca, hay 25 manantiales con actividad pero afectados por bombeos. Como ejemplo más destacado menciona el caso del acuífero Revolcadores-Serrata, en Caravaca de la Cruz, con hasta ocho nacimientos presionados por la extracción, la totalidad de los manantiales que tiene esa masa de agua en el subsuelo.

El documento también señala que muchos de estos aprovechamientos están vinculados al regadío tradicional, del que destaca que «se mantienen compatibles con una funcionalidad ambiental» del nacimiento «que debe ser preservada».

Los manantiales de mayores caudales (con un caudal superior a los 100 litros por segundo) se sitúan en las cabeceras de los principales ríos de la demarcación hidrográfica: Segura, Mundo, Taibilla y Guadalentín. Otras surgencias con caudales importantes son las de las masas de agua de Caravaca y Anticlinal de Socovos.

En situación de sequía

La extracción de agua de determinados pozos de sequía es una opción que tiene en la mano la CHS para afrontar la actual época de escasez de lluvias. Los primeros recortes de agua al regadío se aprobarán la próxima semana, pero entre las decisiones que se tomen puede estar también la apertura de esos bombeos para paliar las necesidades hídricas de los regantes.

Nitratos por debajo de los niveles límite

La mayoría de los manantiales controlados por la Confederación Hidrográfica del Segura presentan unos valores de nitratos de origen agrícola «inferiores a la norma de calidad de 37,5 miligramos por litro», límite máximo para la concentración de esta sustancia en masas de agua subterránea. El organismo de cuenca destaca que, en general, los valores son «muy bajas e inferiores a 25 mg/L», pero sí ha detectado una «incipiente contaminación en nueve surgencias» de agua y una contaminación provocada por la actividad humana en once manantiales. 

En concreto, la CHS menciona los puntos de agua de La Junquera, Fuente de Navares, Fuente de Pinilla, Las Tres Gotas, Fuente Principal de Agra, Fuente de la Pioja, Fuente del Molino Guarina, Casa Aguaza, Rambla del Tinajón, Fuente Cortijo de Moya y Rambla de la Raja. En algunos de estos casos, la CHS remarca que la presencia de esta sustancia tóxica es debido a los retornos de riego que se produce en las cercanías de los afloramientos, lo que también aumenta el caudal. 

El acuífero de Agra-Cabras, entre los términos de Hellín (Albacete) y Jumilla, se ubica una fuente «muy influenciada por los retornos de riego en la zona regable aguas arriba del manantial, ya que la concentración de nitratos en las aguas del manantial es alta a muy alta (40 – 150mg/L)». 

El manantial de Navares, en Caravaca, «presenta una incipiente contaminación con concentraciones de nitratos superior a 40 mg/l que debe ser monitorizada con el objeto de establecer la evolución de la contaminación, dada la existencia de granjas y balsas de recogidas de deyecciones líquidas aguas arriba del manantial», concluye la CHS. Otro caso es el de la Fuente La Pinilla, que también presenta una contaminación creciente por el mismo motivo, y asociado a los retornos de riego y «contaminación puntual de origen ganadero y urbano».


Fuente: La Opinión de Murcia

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