Bañarse en el Mar Menor a estas alturas del mes de agosto es lo más parecido a sumergirse en un caldo calentito en el que, además, es fácil hundir el pie en lo que usted pensaba que era arena, pero en realidad es fango. Eso sí, el mar no tiene el color verde del año pasado... de momento. Porque, como advirtió ayer el consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán, «el Mar Menor tendría un problema si se mantuvieran estas temperaturas extremas durante dos meses, aunque también lo tendría todo el Mediterráneo». Estas pasadas olas de calor que han barrido el sur de Europa y de España durante las últimas semanas, con más intensidad en el mercurio, «microexplosiones térmicas por encima de 8 grados» y mayor duración en el calendario de lo habitual, es un fenómeno que los meteorólogos ya han bautizado como 'Lucifer', «así que con esto ya está dicho todo», indicó Celdrán.
Javier Celdrán, consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente: «Las medusas son tan molestas para los bañistas como buenas para el equilibrio del humedal»
Javier Gilabert, por su parte, cifró la reducción de las aportaciones de nitratos al Mar Menor en un 75% desde octubre hasta la actualidad, «con una entrada diaria de menos de una tonelada». Sin embargo, el informe revela que, «aunque han empezado a bajar las concentraciones de amonio y de nitrato, ambos se mantienen altos», y advierte de que, «es muy importante seguir atentos a la evolución de las entradas de agua dulce con cargas de nitratos y tomar medidas en la cuenca de drenaje. Estas entradas deben cortarse urgentemente». Además, el documento se aleja del optimismo y concluye que «la situación sigue siendo muy delicada, si no crítica», advierten los expertos.
Pero, ¿pueden las temperaturas extremas de estos días pasados 'teñir' otra vez de verde el Mar Menor? Tanto el consejero como el profesor de la UPCT confiaron ayer en que no se repetirá la situación del año pasado, en la que influyó el hecho de que no se renovara el agua de forma adecuada, lo que provocó la proliferación de fitoplancton. «Podemos decir con contundencia que las aguas son excelentes para el disfrute de bañistas, según indican los análisis de Sanidad, y que el Mar Menor sigue siendo un espacio único que supone un gran valor añadido para nuestra oferta turística», alardeó Celdrán.
Extremar la vigilancia
Pese a todo, Celdrán evitó también caer en el optimismo y anunció que, ante el incremento anormal de temperatura del Mar Menor, el Gobierno regional ha incrementado la vigilancia en el entorno del Mar Menor y la frecuencia de las mediciones, «de tal manera que podamos detectar de manera más ágil y eficaz cualquier variación que se pudiera producir de cualquier parámetro que se venían controlando de forma semanal», señaló el consejero. Asimismo, «vamos a extremar al máximo el control y vigilancia, con un dispositivo especial de agentes ambientales, en coordinación con la Delegación del Gobierno, para evitar cualquier entrada de agua no controlada en el entorno del Mar Menor y evitar la aportación de nutrientes».
El consejero también quiso señalar la intensificación de la campaña de concienciación y educación ambiental 'Naturalmente Mar Menor', con la que el Gobierno pretende recordar que la recuperación de la laguna salada «es cosa de todos». En este sentido, Celdrán solicitó «la colaboración ciudadana para que, a través de la app 'CONECTAmbiental Mar Menor', nos comuniquen cualquier problema para que podamos proceder de manera inmediata». Respecto a la proliferación de medusas en las playas, Celdrán dijo que «son tan buenas para la recuperación de la laguna como molestas para los bañistas», y recordó que la Consejería «colocó redes» para evitar que llegaran a las playas. «Hemos alertado a las cofradías de pescadores para que extremen el cuidado de estas redes» y así evitar 'invasiones' de pelágicos.
Por último, Celdrán recalcó que la posición del Gobierno es «hacer compatible la actividad agrícola y náutica con la sostenibilidad en el Mar Menor», frente a las enmiendas presentadas por la oposición al decreto de medidas urgentes para proteger la laguna salada, que también encontró ayer las críticas de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) por «hacer inviable la actividad agraria en el Campo de Cartagena».
FUENTE: La Verdad.
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