En Murcia, concretamente en un diminuto pueblo de 12.000 habitantes llamado Bullas, las personas apuestan por una vida cotidiana ambiental y muy práctica. Y es que llevan años lanzando pequeñas iniciativas para cuidar el entorno que les rodea de las cuales depende también gran parte de su actividad económica. Cualquiera que se anime a visitar este pequeño pueblo, podrá observar a su alrededor una rotonda de vidrio reutilizado y un viejo depósito de aceite reconvertido en parada de autobús. En las afueras también hay impecables huertos comunitarios, y lo más sorprendente, en lo alto de una colina se alza una arboleda que hace poco era una montaña de basura.
Este pueblo, se caracteriza por albergar una gran cantidad de naturaleza que no se suele ver en esta región. Una de las grandes iniciativas que se destacan en Bullas, es la recuperación del vertedero, que la administración local acabó transformando en un pequeño bosque. También la regulación del aforo del Salto del Usero, una piscina natural que es la principal atracción turística.
Asimismo, existen otras iniciativas para ayudar a los vecinos más necesitados como el banco de energía solidaria, que aprovecha lo que sobra del consumo de los edificios municipales. Huertos cultivados por los vecinos, que además de servir para revitalizar espacios que están mal cuidados, sirve para entretenimiento de los jubilados.
Más allá de todo esto, los vecinos de este pintoresco pueblo, reciclan medianteel sistema reciclos, un sistema que otorga puntos por tirar latas o botellas al contenedor amarillo, que sirven para contribuir a proyectos sociales o medioambientales locales, como la compra de material sanitario. Por todo esto, les ofrecen recompensas que van desde comidas y cenas en restaurantes de la zona, descuentos en transporte público, etc.Sin duda, este pequeño pueblo, es todo un ejemplo. Esta iniciativa y las habladas anteriormente, es algo que se debería poner en práctica en todo el mundo.
FUENTE: elsolidario.org
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