La semana pasada el Gobierno de España presentó el "Plan de Impulso a la cadena de valor de la Industria de la Automoción, hacia una movilidad Sostenible y Conectada", dotado con 3.750mill. de euros, que pretende relanzar, impulsar y transformar el sector de la automoción hacia una “movilidad sostenible y conectada”.
A pesar de aprobar ya el primer paquete de ayudas, el Programa MOVES II, con un presupuesto de 100mill. de euros destinados, principalmente, a incentivar la compra de vehículos eléctricos y a desarrollar la infraestructura de carga; el Plan pone en peligro la transformación y la competitividad futura de la industria automovilística española.
Para cumplir con la ambición climática de España y Europa, además de hacer el uso más eficaz y más responsable posible del dinero de los ciudadanos, éste debería destinarse exclusivamente a desarrollar una política industrial en el sector de la automoción que se centre fundamentalmente en potenciar la movilidad libre de emisiones contaminantes.
Sin embargo, este plan incluye un programa para la renovación del parque automovilístico de 250mill. de euros que pretende incentivar la compra de vehículos de cualquier tecnología con un límite de emisiones de 120 gCO2/km -para turismos-. Todo un despropósito a combatir desde las principales organizaciones ambientales que vemos como el sistema de homologación usado no queda reflejado en el documento, siendo indispensable la utilización del sistema WLTP.
Tal y como está concebido actualmente, este programa supone contribuir públicamente al retraso de la descarbonización, al no cumplimiento de los estándares de CO2 europeos -95gCO2/km-, suponiendo millonarias multas para los fabricantes, y a descolgarse de la carrera por transformar el sector de la automoción, que gracias a su apuesta por la electromovilidad estará previsiblemente liderada por Alemania y Francia.
FUENTE: ecodes.org
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