Con permiso de Donald Trump, Murcia podría ser la primera comunidad española en aprobar una ley de cambio climático. Un paso al frente en la necesaria lucha contra el calentamiento global por iniciativa de la asociación Nueva Cultura por el Clima y el Centro de Estudios en Bioderecho, Ética y Salud de la Universidad de Murcia (Cebes), que han elaborado un borrador de normativa que mañana pondrán a disposición de los cuatro partidos políticos con representación en la Asamblea Regional.
La Región no tiene la obligación de legislar sobre este asunto, ni siquiera hay un ordenamiento nacional -de momento, solo una comisión de trabajo-, pero los impulsores de esta apuesta ciudadana consideran tan importante el reto -la cuestión decisiva del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud- que están convencidos de que los políticos asumirán el texto y lo tramitarán como proposición de ley «porque es perfectamente asumible», explica a 'La Verdad' uno de sus promotores, el ingeniero químico Ángel Silvente, murciano de 39 años que ejerce como profesor en un instituto de Alhama.
Una normativa que quieren alejar de «tendencias partidistas»: «El cambio climático no es una cuestión de ideología política sino un reto para la humanidad, que además no es un problema del futuro porque ya lo estamos sufriendo», advierte el vicepresidente de Nueva Cultura por el Clima, entidad formada por profesionales de diferentes sectores -ciencia, educación, tecnología, economía- que nació hace un par de años con el objetivo de luchar contra el calentamiento global desde la Región.
Nueva Cultura por el Clima y Cebes han elaborado un texto «sin tendencias partidistas»Los objetivos de la ley: reducción del 40% de las emisiones en 2030 y del 80% en 2050
La situación geográfica de Murcia obliga además a actuar con un plus de responsabilidad, pues el Sureste español es el territorio de Europa más afectado por el cambio climático. «Por eso nos corresponde dar el primer paso», opina Silvente: «Tenemos tres universidades en un territorio pequeño, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad y convertirnos en un referente mundial para vender tecnología?», se pregunta.
¿Les tomarán en serio los políticos? «Si los cuatro partidos hacen suya la proposición de ley, sin perjuicio de las modificaciones que sean necesarias o convenientes en su tramitación parlamentaria, se cumpliría el objetivo perseguido. Si no, los partidos que así lo estimen podrían tramitarla como una iniciativa legislativa propia», señala Blanca Soro Mateo, profesora titular de Derecho Administrativo de la UMU y coordinadora de Formación del Cebes. Ya se han producido contactos con los portavoces de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos, que en principio han acogido de buen grado la iniciativa. Mañana dispondrán del texto, al igual que la presidenta del Parlamento regional, Rosa Peñalver.
El borrador de proposición de ley de Nueva Cultura por el Clima y Cebes ha contado con las aportaciones de expertos, investigadores y técnicos especialistas en temas clave como la energía, el urbanismo, la salud pública, el turismo y la agricultura. Además de la revisión jurídica por parte del centro de estudios de la UMU, Nueva Cultura por el Clima se ha inspirado en el anteproyecto de ley del País Vasco y en otros proyectos normativos de Cataluña y Andalucía, todos de momento sin fecha de tramitación.
Los objetivos que marca el embrión de ley regional de cambio climático siguen los del Acuerdo de París, el convenio mundial del que se ha desmarcado estruendosamente Estados Unidos: reducción del 40% de las emisiones de gases con efecto invernadero en 2030 y del 80% en 2050 para detener la escalada de la temperatura en 1,5 o 2 grados como máximo en 2100. La temperatura media ha aumentado en la Región 1,5 grados en los últimos 35 años, según el informe 'Competitividad y cambio climático' del Consejo Económico y Social. Una tendencia que seguirá al alza, ya que el termómetro puede seguir subiendo tres grados más en 2050 y hasta cuatro grados en 2100 -máximas-.
Desde la Comunidad Autónoma se emiten cada año nueve millones de toneladas de CO2, lo que supone el 2,7% del conjunto de España y el 0,2% de las emisiones en Europa -datos de 2014, últimos disponibles-. La mitad de este CO2 lo producen las 22 grandes empresas de la Región que participan en el régimen de comercio de derechos de emisión: plantas eléctricas y de cogeneración, refinerías, instalaciones de combustión... El resto corresponde a los sectores difusos, principalmente el transporte y en concreto el vehículo privado.
¿Es posible desandar el camino contaminante del desarrollo económico basado en los combustibles fósiles? «Planteamos planes de acción a largo plazo y en general una estrategia que sería necesario aplicar a todos los niveles: infraestructuras, urbanismo...», detalla Ángel Silvente, quien advierte de que encarar el cambio climático es un desafío que hay que afrontar con inteligencia pero también con rapidez.
FUENTE: Periodico La Verdad
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